Para conseguir el clima interior idóneo para un edificio, es importante empezar a planificar desde el principio qué tipo de ventilación es la más adecuada para cada caso. Las distintas instalaciones tienen necesidades diferentes. Os contamos algunos de los principios a tener en cuenta.
Una de las primeras decisiones que hay que tomar al planificar un sistema de ventilación se refiere al principio de ventilación que se va a utilizar. Los dos principios más comunes son: el de mezcla y el de desplazamiento (también conocido como ventilación controlada térmicamente).
En el caso de la ventilación por mezcla, el difusor de aire se coloca en lo alto de la sala, cerca del techo. El aire de impulsión entra a una velocidad relativamente alta. El aire se distribuye por toda la sala y, en principio, se mezcla de forma homogénea con el aire de la sala. Si se eligen cuidadosamente los difusores de aire de impulsión, el resultado puede ser una ventilación sin corrientes de aire.
Para la ventilación por desplazamiento, el difusor de aire se coloca en la parte baja de la sala, a nivel del suelo. El aire de impulsión frío entra a una velocidad relativamente baja y se extiende más o menos por la superficie del suelo. A medida que el aire de impulsión se calienta, sube hacia arriba y empuja el aire de la sala, que se evacua a través del aire de retorno a nivel del techo.
Ventilación por desplazamiento
La elección de una u otra técnica de descarga depende de numerosos factores, por ejemplo
- El tamaño de la sala
- La altura del techo
- El mobiliario
- Qué actividades se realizan en el local
Uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta es que la ventilación debe proporcionar un buen confort en la zona de ocupación, que en términos sencillos es la zona que suelen frecuentar las personas, de 0,1 a 2,0 metros por encima del suelo.
Zona ocupada
La ventilación por mezcla es muy adecuada en locales con una altura de techo baja o media y que tienen grandes exigencias de confort, por ejemplo, aulas, pequeños restaurantes y oficinas. Como ya hemos explicado, el aire de impulsión debe entrar a nivel del techo. La ventilación por mezcla puede, si es necesario, proporcionar un gran efecto de refrigeración. En cambio, es menos adecuada para los locales grandes con una altura de techo elevada, donde el aire de impulsión puede tener dificultades para llegar hasta la zona ocupada. También es menos adecuada para actividades en las que es necesario extraer el aire de la sala en lugar de mezclarlo con el aire de suministro, por ejemplo, en los quirófanos.
La ventilación por desplazamiento, en cambio, suele ser una mejor opción para los locales con una altura de techo media o alta, por ejemplo, los locales industriales, los aeropuertos y las grandes cafeterías. Como el aire de impulsión entra a nivel del suelo, la zona ocupada se ventila rápidamente y el aire ambiente existente se empuja hacia arriba desde abajo. La ventilación por desplazamiento es la más adecuada para los locales con una necesidad de refrigeración limitada y en los que hay grandes fuentes de calor, por ejemplo, las cocinas de los restaurantes. Es menos adecuada para locales muy amueblados, donde el flujo de aire se bloquea fácilmente, y para locales con necesidad de calefacción, ya que el aire de impulsión es más frío que el del local.
En definitiva, es importante eligir el principio de ventilación adecuado para cada proyecto para garantizar la mejor calidad ambiental interior.