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Por qué los edificios inteligentes y el confort interior van de la mano

¿En qué piensas cuando escuchas el término "edificios inteligentes"?¿Máquinas de café que usan reconocimiento facial para tomar el café como a ti te gusta? ¿Tal vez un clima interior totalmente adaptado a sus preferencias? La lista de posibles servicios en un edificio inteligente puede hacerse interminable. Sin embargo, los edificios inteligentes y el confort interior están fuertemente conectados y en este artículo aprenderéis el por qué.

Los edificios inteligentes pueden, a través de diferentes funciones y servicios, tener directamente un efecto positivo en nuestra salud y bienestar (en mayor medida que la perfecta taza de café...) y contribuir a una mejor IEQ, Calidad del Ambiente Interior. Creando el mejor IEQ posible, la capacidad de rendimiento puede ser incrementada significativamente. Según la normativa WELL, una oficina bien ventilada puede duplicar la capacidad cognitiva, si hace demasiado calor el rendimiento puede disminuir en un 6%, si hace demasiado frío el rendimiento puede disminuir en un 4%. Los estudios también han demostrado que los altos niveles de dióxido de carbono (CO2) tienen un impacto negativo en la capacidad cognitiva y el pensamiento estratégico.

Un edificio inteligente puede recoger datos a través de sensores y otras tecnologías con el fin de optimizar el rendimiento del edificio, por ejemplo, reduciendo el uso de la energía, optimizando el uso de la propiedad y minimizando su impacto medioambiental. Los datos recogidos también pueden ser utilizados para optimizar el IEQ en el edificio. Enumeramos cuatro ejemplos que muchos consideran que son los factores decisivos para un buen IEQ y cómo las funciones en el edificio inteligente pueden optimizar estos factores:

1. La calidad del aire

Un edificio inteligente incorpora todos los requisitos previos para asegurar una buena calidad del aire. Mediante la medición con sensores de CO2 o COV, el aire puede ser regulado posteriormente. Por ejemplo, si se utiliza un sistema de reserva para la sala de conferencias que a su vez está conectado a un sistema de climatización interior, la sala de conferencias y su aire están listos para recibir a 50 invitados exactamente cuando comienza la reunión. Un edificio inteligente también puede asegurar que la alimentación de aire no esté contaminada.

2. Confort térmico

Muchos edificios inteligentes tienen su propia aplicación de gestión, en la que el usuario puede ajustar una gran cantidad de información y configuraciones. Utilizando un sistema de climatización interior, como el Swegon WISE, que está diseñado para el edificio inteligente, la temperatura, la calidad del aire y la humedad, por nombrar sólo algunas, pueden ser reguladas al nivel adecuado. ¿Hace demasiado calor? ¿Demasiado frío? Con sólo unos pocos toques en el móvil, el técnico se encarga del resto y proporciona el clima interior necesario, completamente adaptado a los deseos de cada individuo.

3. Iluminación

La iluminación incorrecta puede, por ejemplo, contribuir al cansancio, la tensión en el cuello/la espalda y el parpadeo de las fuentes de iluminación puede dar lugar a reacciones de estrés en el sistema nervioso. Para lograr un buen clima interior es importante invertir en una buena iluminación. La luz proviene en parte de la luz natural del día (exterior), y en parte de las luminarias internas. Aquí un edificio inteligente puede contribuir con soluciones inteligentes de iluminación en diferentes niveles.

  • Control de ocupación - La iluminación se enciende cuando la habitación está ocupada
  • Control de desocupación - Si no se detecta ninguna ocupación en un intervalo de tiempo predeterminado, se apagan las luces
  • Control de la luz diurna - Esto significa que el brillo es constante independientemente de la fuente de la luz. Si es un día soleado en el exterior, las luminarias internas se amortiguan, mientras que si está nublado el nivel de las luminarias internas se incrementa.
  • Protección solar - La luz del sol suele ser gloriosa, pero no directamente a los ojos cuando se trabaja. La protección solar controlada por la demanda resuelve este problema.

4. Acústica

La acústica es quizás difícil para el edificio inteligente de ajustar sobre la marcha. Sin embargo, a través de la medición y la recopilación de datos de los niveles de sonido, se pueden hacer mejoras basadas en ellos. ¿Quizás necesite evaluar su sistema de ventilación? ¿Tal vez se necesitan paneles acústicos? ¿Más alfombras? Puede que se necesiten más plantas que también contribuyan a mejorar la productividad y la creatividad, ¡todos ganan!


En resumen...

La calidad ambiental interior y los edificios inteligentes están fuertemente ligados entre sí. Para crear el mejor clima interior posible es necesario ser capaz de medir y regular los niveles de CO2, la humedad y la temperatura de acuerdo con los valores más importantes para el bienestar y el rendimiento individual, algo que es posible en un edificio inteligente.