Explorar

Filtrar articulos

Explorar
« atrás

Las escuelas del futuro

En el caso de los edificios educativos, la actual estrategia de construcción debe tener en cuenta, por supuesto, la evolución demográfica de la zona geográfica de que se trate y la utilización de cada sala en los edificios educativos. Pero también debe tener en cuenta las necesidades futuras.

Aunque actualmente el gasto por alumno a los recursos educativos es muy bajo, los acontecimientos tecnológicos cambiarán inevitablemente la educación y las prácticas pedagógicas de nuestros niños en los próximos años. Sin mencionar las pantallas transparentes o las paredes virtuales, podemos imaginar, por ejemplo, que la educación a distancia sería una de las principales tendencias del mañana, en particular en la educación superior.

En cualquier caso, el diseño de los edificios educativos debe tener en cuenta estas nuevas tendencias hoy en día.

De un espacio anteriormente cerrado a un espacio en evolución y abierto

La escuela del futuro será una escuela que promueva el aprendizaje constructivo y activo a través del uso de herramientas digitales. Aprendizaje que tendría en cuenta a los estudiantes de una manera más individual y al mismo tiempo sería sensible al medio ambiente, ya sea en el interior o en el exterior.

Las escuelas tendrán espacios de aprendizaje más informales, estilo Learning Lab o ciberespacios, áreas de reunión y relajación e incluirá el concepto de movilidad. Las aulas incorporarán espacios de circulación funcional para permitir que los niños colaboren y cooperen entre sí.

Woman teacher and boy at lesson touching media screen

El centro estará abierto a su entorno y su infraestructura podrá responder a necesidades más variadas, permitiendo, por ejemplo, la organización de eventos por parte de asociaciones.

En cualquier caso, los edificios de enseñanza tendrán que ser ampliables y flexibles. Podemos establecer un paralelismo con los proyectos del sector de la industria terciaria en los que trabajamos a diario, que se están orientando decididamente hacia una mayor facilidad de uso, flexibilidad y conectividad, haciéndose eco de las nuevas prácticas de trabajo: zonas de trabajo en equipo y de relajación en las que el bienestar de los empleados es tan importante como el rendimiento energético de los equipos que componen el edificio.

En el sector terciario, el entorno laboral es un tema que se piensa y se trata de la misma manera que la eficiencia energética. Entonces, ¿por qué no para los edificios educativos?

Se trata de una cuestión de flexibilidad

Como fabricantes, es precisamente en el nivel de flexibilidad que podemos responder a los desafíos del mañana, diseñando un sistema climático llave en mano, capaz de ser duplicado en cualquier tipo de edificio (jardín de infancia, colegio, escuela secundaria, universidad), cualquiera que sea su tamaño, pero sobre todo, un sistema que puede ser fácilmente adaptado a todas las necesidades futuras.

Un sistema de ventilación digno de ese nombre, como el WISE, debe asegurar en primer lugar el confort climático (eliminación de contaminantes, control de la temperatura e higrometría) en función de la tasa de ocupación y los períodos de inactividad. En segundo lugar, debe garantizar el ahorro de energía en la calefacción y la refrigeración. Por último, pero no menos importante, evoluciona a medida que el edificio se reurbaniza. El usuario debe poder adaptar el sistema con sólo pulsar un botón en caso de modificaciones, por ejemplo, cuando se mueven los tabiques o cuando cambian las actividades que se realizan en el inmueble.

WISE_Flexibilitet 2

Edificios educativos "más inteligentes"

Los edificios educativos pueden volverse más "inteligentes" y flexibles gracias a los nuevos sistemas conectados. Además del control y la vigilancia, todo sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado debe ser capaz de reunir datos y comunicarlos a otros sistemas operativos.

Big idea. Smart boy with solution lightbulb above headDesde un punto de vista puramente cuantitativo, estos sistemas permiten medir el consumo de energía para determinar si se han alcanzado los objetivos fijados (un requisito previo), detectar cualquier anomalía y ajustar las instalaciones a su uso real y, por último, obtener retroalimentación con el fin de duplicar las buenas prácticas en otras instalaciones. 
 
Además de ahorrar energía, los sistemas conectados también agilizan el mantenimiento de los edificios, mejoran la seguridad de las escuelas y facilitan la adaptación de los locales a las necesidades futuras. ¡Existen y han sido diseñados para hacer nuestras vidas más fáciles!
 
En resumen, la estrategia inmobiliaria debe anticipar las transformaciones futuras, que a largo plazo permitirán limitar el impacto ambiental de los edificios educativos, es decir, las demoliciones o transformaciones demasiado importantes y a menudo demasiado costosas. Los cambios en los estilos de vida, la explosión de la tecnología digital y los objetos conectados están moviendo las líneas en los sectores residencial y terciario. Los edificios educativos tendrán necesariamente que seguir este nuevo camino adoptando productos y sistemas que sean adaptables, flexibles y modulares.