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Para optimizar los sistemas hidrónicos, es necesario equilibrar la carga de trabajo de las enfriadoras y de las bombas para transferir exactamente la cantidad de energía necesaria en el momento adecuado a través del sistema. Esto puede sonar complicado, pero hay soluciones inteligentes para esto que aprenderá más en este artículo.
Un sistema de calentamiento o enfriamiento hidrónico necesita estar equilibrado. Todas las unidades que participan en el sistema deben trabajar juntas para un rendimiento óptimo y evitar el desperdicio de energía. Pero un buen comienzo es seleccionar componentes individuales que estén optimizados para la tarea.
Consideremos, por ejemplo, una enfriadora, aunque los principios se aplican también a los equipos de calor. En primer lugar, hay que determinar las condiciones nominales en las que funcionará la enfriadora, asegurándose de que estará a la altura de la tarea cuando funcione al 100% de su capacidad. En el norte de Italia, por ejemplo, una enfriadora debe ser capaz de manejar temperaturas exteriores de hasta 35 grados centígrados.
Sin embargo, la unidad rara vez necesitará funcionar a plena capacidad - la temperatura varía a lo largo del día, y potencialmente alcanza los 35 grados sólo durante cortos períodos del año. Evidentemente, la enfriadora debe ser diseñada para evitar el desperdicio de energía cuando no se necesita.
Pero es igual de importante mirar más allá de la enfriadora y estudiar el sistema en general, donde hay más oportunidades de ajuste. Otro componente importante para optimizar es la bomba, que hace circular el agua necesaria para el proceso de enfriamiento.
Las bombas más sencillas están diseñadas para funcionar siempre a plena capacidad, consumiendo constantemente la misma cantidad de energía, lo que no es muy eficiente. Una bomba más inteligente sería capaz de proporcionar sólo el flujo necesario para transportar la cantidad correcta de energía al proceso de enfriamiento. Por ejemplo, la instalación de un inverter en el sistema permite modular la bomba para que funcione con el nivel de eficiencia deseado.
Un sistema integrado e inteligente marca la diferencia
Para sacar el máximo provecho de la optimización, se necesita un sistema inteligente e integrado que pueda equilibrar la carga de trabajo tanto de las enfriadoras como de las bombas, determinando en todo momento el nivel de bombeo adecuado para transferir la energía necesaria a través del sistema.
En las soluciones de confort, por ejemplo en las oficinas, las solicitudes varían mucho a lo largo del día. Dependen de la posición del sol, variando las temperaturas exteriores y la ocupación de la oficina. Tener un sistema que sea eficiente en cuanto a la energía, incluso a carga parcial, es fundamental para evitar el desperdicio.
En las aplicaciones industriales, por ejemplo en las soluciones informáticas, la carga es más o menos constante. Aquí, otras variables hacen que la eficiencia energética a menos de plena capacidad sea crítica. Una de estas variables es la necesidad de optimizar el uso del free-cooling en sistemas redundantes, donde una o más unidades suelen funcionar a cargas parciales.
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