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Bombas de calor de alta temperatura: la solución de calefacción del futuro

La UE -y el mundo, en realidad- se enfrenta a un enorme reto derivado del cambio climático. En el paquete de medidas sobre clima y energía de 2009, basado en el Protocolo de Kioto, la UE fijó objetivos clave para 2020: reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero (respecto a los niveles de 1990), 20% de la energía de la UE procedente de fuentes renovables y 20% de mejora de la eficiencia energética. El objetivo para 2030 es aún más ambicioso, aumentando estos objetivos al 50% cada uno.

Uno de los principales responsables de las emisiones en los sistemas de calefacción es la caldera tradicional, que en la mayoría de los casos funciona con fuentes de energía fósiles como el gas o el petróleo. Tanto en la UE como en el resto del mundo hay una mayor presión para encontrar soluciones alternativas y migrar a sistemas de calefacción más sostenibles. Por ejemplo, tanto el Reino Unido como Australia prohibirán la instalación de aparatos que utilicen fuentes de energía primaria a partir de 2025.

Por suerte, ya existen alternativas viables en el mercado, como las bombas de calor de alta temperatura. Se trata de un tipo específico de bomba de calor que utiliza energía externa para elevar la temperatura del agua a niveles equivalentes a los de las calderas tradicionales. Las bombas de calor de alta temperatura pueden satisfacer la mayoría de las necesidades residenciales, comerciales e industriales, produciendo agua a una temperatura de 70-80 °C con altos niveles de eficiencia y utilizando fuentes de energía renovables como la eólica, la hidráulica o la solar.

Una unidad polivalente puede producir tanto calor como frío
La sustitución de una caldera por una bomba de calor de alta temperatura reduce el consumo de energía en torno a un 30% para el funcionamiento durante todo el año. Además, en carga parcial la ganancia de eficiencia es aún mayor, ya que las bombas de calor trabajan con mayor eficacia con menores diferencias de temperatura entre el aire exterior y el interior. Si a esto le añadimos el hecho de que las bombas de calor pueden funcionar con energía renovable, veremos una importante reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema de calefacción.

El funcionamiento de las bombas de calor con refuerzo de temperatura puede optimizarse aún más cuando se combinan con unidades polivalentes multifuncionales, optimizando el sistema en su conjunto para aumentar los niveles de eficiencia energética de la planta. Una unidad polivalente puede producir tanto calor como frío y, cuando se integra en una solución de sistema, puede transportar el calor entre distintas partes de los edificios, reduciendo la necesidad de producir calor o frío.

No está claro durante cuánto tiempo las calderas tradicionales desempeñarán un papel en los sistemas de calefacción, pero una cosa es cierta: las unidades con alta huella de carbono -como las calderas- se irán eliminando gradualmente con el tiempo, si queremos alcanzar los objetivos climáticos de la UE. Utilizar en su lugar una bomba de calor que aumente la temperatura es una buena manera de acercarse a esos objetivos.