El ejercicio físico forma parte de un estilo de vida saludable, pero los ambientes interiores que albergan entrenamientos y partidos no siempre están a la altura. Resulta complejo diseñar instalaciones deportivas energéticamente eficientes con entornos interiores adecuados. También hay una falta de concienciación sobre los retos que plantean los contaminantes en interiores, así como su efecto en los atletas y los espectadores. Sin embargo, la concienciación sobre estos problemas está creciendo dentro de la comunidad de investigación científica y entre los propios atletas, y afortunadamente hay soluciones disponibles.
La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra es de unas 400 ppm. Dado que exhalamos CO2, es más o menos obvio que los niveles de CO2 aumentan en espacios cerrados con poca ventilación. Se ha puesto de manifiesto que cuando los niveles de dióxido de carbono alcanzan las 800-1000 ppm, empiezan a afectar negativamente al rendimiento de nuestro cerebro, lo que puede afectar a las decisiones estratégicas en la cancha.
El número de otros gases y sustancias contaminantes en el aire asciende a miles. Por desgracia, los edificios albergan numerosas fuentes de contaminación que afectan directamente a nuestra salud y bienestar. Los contaminantes se emiten al aire interior desde fuentes como el mobiliario, los materiales de construcción y los aparatos electrónicos. En el caso de las instalaciones deportivas, el uso frecuente de detergentes y el propio equipamiento deportivo también emiten cantidades significativas de contaminantes al aire interior.
Los deportistas y los niños son especialmente vulnerables a la mala calidad del aire debido a su mayor frecuencia respiratoria. Además, pasan una parte comparativamente mayor de su tiempo en instalaciones deportivas cubiertas. Para empeorar las cosas, a menudo hay una falta de regulaciones y requisitos sobre el clima interior en las instalaciones deportivas, que corren el riesgo de hacerlas excepcionalmente contaminadas, y por lo tanto insalubres y dañinas.
El clima interior y el deporte en el punto de mira
Lo anterior está captando la atención incluso fuera del sector de la construcción, y hay un creciente interés y atención en la investigación de la relación entre el clima interior en las instalaciones deportivas y el rendimiento y el bienestar de los atletas. La organización del atletismo mundial incluso lanzó un proyecto en 2018 completamente dedicado a investigar la calidad del aire y el rendimiento entre los atletas de alto nivel. Parte del proyecto está en marcha y se han colocado sensores de control de la calidad del aire para recoger grandes cantidades de datos.
Aunque la investigación está en sus primeras fases, queda claro que la mala calidad del aire afecta al rendimiento de los atletas. A veces hasta el punto de que se niegan a competir en determinados lugares. Teniendo esto en cuenta, no es de extrañar que una buena ventilación sea lo más recomendable para las instalaciones deportivas.
¿Qué hace que las instalaciones deportivas sean únicas?
Las instalaciones deportivas rara vez se utilizan de manera constante. La gente entra y sale en diferentes momentos y puede haber diferencias de uso que rara vez se ven en otros tipos de edificios: las mismas instalaciones pueden albergar una sesión de entrenamiento para unas pocas personas, seguida directamente de un partido con gradas llenas de espectadores.
Además, la disposición y el diseño de las instalaciones deportivas son un reto, ya que los estadios deportivos rara vez se disponen como un único y enorme espacio abierto. La mayoría de las veces, la superficie está dividida en diferentes espacios con diferentes propósitos; pensemos en un pabellón de pádel, por ejemplo, que contiene palcos de pádel, una cafetería, vestuarios y quizás incluso una tienda. Por no hablar del estadio de un equipo profesional de baloncesto, con sus gradas, salones, palcos para los medios de comunicación, restaurantes y mucho más.
¿Qué se puede hacer?
Para ser justos, la mayoría de las instalaciones deportivas están probablemente provistas de un sistema de ventilación de tamaño decente, pero ¿son adecuados para la tarea real? Ventilar a plena potencia puede ser adecuado con un estadio lleno, pero puede ser contraproducente si sólo entrenan unas pocas personas, causando incomodidad y un consumo de energía inútil.
Dado que la calidad del ambiente interior también depende de factores como la temperatura, el nivel de humedad, el sonido, la velocidad del aire y la luz, la solución de climatización interior debe tener en cuenta todos estos aspectos para crear ambientes interiores saludables y confortables en los que las personas puedan dar lo mejor de sí mismas siempre.
Cómo hacer que el clima interior cambie el juego
La clave del éxito es comprender el asunto que se está tratando. Un antecedente, un reto, unas cuantas pistas y una solución descriptiva suelen ser el medio para alcanzar grandes logros.
Hemos reunido en una nueva guía algunas ideas clave sobre las instalaciones deportivas, ya que conocemos el clima interior y tenemos años de experiencia tanto en el desarrollo como en la fabricación de una amplia gama de productos y servicios para entornos interiores confortables y saludables.
En nuestra guía encontrarás lo más destacado de recientes investigaciones científicas y otras datos de nuestros expertos. La guía también contiene ejemplos de diseño del mundo real sobre cómo crear soluciones de climatización interior que controlen los contaminantes y evalúen la demanda real de ventilación, refrigeración y calefacción. Todo ello para crear ambientes interiores energéticamente eficientes y saludables que potencien el rendimiento deportivo y cuiden un verdadero estilo de vida saludable.