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Está claro que Europa lidera la transformación hacia la sostenibilidad. No hay otro continente en el planeta que esté avanzando en todos los niveles de la sociedad hacia una profunda transformación con un destino: la reducción de la huella de carbono. Tanto en la generación de energía como en su consumo estamos viviendo años de grandes cambios. Aunque existen profundas diferencias culturales y económicas entre los países del norte y del sur de Europa, parece que estamos bastante alineados cuando se trata de modelos energéticos sostenibles. Hoy, los dos extremos del eje norte-sur presentan patrones que evolucionan rápidamente.
En términos de producción bruta de energía a partir de fuentes renovables, Alemania, España, Italia, Francia y Suecia constituyen el frente de mayor peso. En términos porcentuales, Suecia alcanza el 54% de su producción, Noruega el 97%, Islandia el 100%, Dinamarca el 49% y Portugal el 54%.
El grado de concienciación social respecto a la transición hacia la sostenibilidad está ya muy arraigado en la sociedad, cambiando hábitos y actitudes en el día a día.
España se acerca al 50% de producción renovable en su mix energético, convirtiéndose en exportador neto de energía en 2022. En las horas punta de los días soleados y ventosos, el precio del kWh llega a precios insignificantes. Esto nos lleva a la necesidad de pensar en el "Smart Grid" o redes eléctricas inteligentes. El uso racional e inteligente de la energía, con capacidad para aprovecharla cuando sobra, mientras buscamos la forma de almacenarla y consumirla cuando la producción es menor, será sin duda uno de los caminos por los que deberemos avanzar rápidamente. Los equipos de climatización no pueden ser menos, por lo que promover su adaptación al "Smart Grid" es sin duda una evolución tecnológica necesaria.
Nuestro modo de vida se basa en la demanda de energía. Producirla de forma inteligente, para que no erosione nuestro planeta, y consumirla racionalmente, son parte de las claves de nuestro futuro. La naturaleza nos agradecerá cualquier avance en este sentido.
Vivo en una ciudad cuyo antiguo nombre era "Complutum", nombre que recibió de los romanos cuando llegaron a Hispania y decidieron situar en este lugar un importante asentamiento administrativo y militar. El nombre Complutum significa "confluencia de avenidas de agua". En aquella época había generosos torrentes de agua, muchos bosques (una ardilla podía cruzar Hispania de norte a sur y de este a oeste sin tocar tierra). Si los inteligentes romanos volvieran a venir, dudo que volvieran a elegir este sitio para asentarse, porque tenemos un incómodo vecino que se llama Madrid y apenas hay árboles. Pero aunque decidieran quedarse aquí, el nombre ya no sería "Complutum". Sólo sobrevive un pequeño y contaminado río, cuyas aguas no es aconsejable beber.
Si es o no demasiado tarde para actuar, no lo sabemos, pero cualquier ayuda para frenar el deterioro al que estamos sometiendo al planeta será muy bienvenida. Así que, desde Swegon, pensemos en cómo obtener beneficios de el "Smart Grid" como otra forma de sostenibilidad.
