Todos conocemos el "aire seco", pero lo que percibimos y cómo afecta exactamente a las personas es menos conocido. No obstante, las investigaciones indican que una humedad del aire interior bien equilibrada puede aliviar algunos de los problemas de la percepción del aire seco.
El "aire seco" se encuentra continuamente entre las quejas más frecuentes sobre la calidad del aire interior percibida, superando al aire viciado, el polvo o la suciedad y las corrientes de aire. Está claro que el aire seco nos afecta en gran medida. Pero las personas no tienen receptores para la humedad (ni para la falta de humedad). Por tanto, lo que percibimos como "aire seco" en realidad no queda claro.
El misterio del aire seco en los interiores
En un artículo titulado "The mystery of dry indoor air - An overview", publicado en Environment International 121 (2018), el autor Peder Wolkoff repasa a fondo las investigaciones existentes sobre el aire seco y cómo afecta a las personas en los ambientes interiores. El Dr. Wolkoff es investigador principal y, entre otras cosas, antiguo profesor de investigación en ciencias ambientales de interiores en el Centro Nacional de Investigación para el Entorno Laboral de Dinamarca.
¿Qué es el aire seco?
Se han formulado varias hipótesis para explicar lo que percibimos como aire seco, entre las que se encuentran los contaminantes del aire interior, los niveles elevados de polvo, la disminución del aclaramiento mucociliar (especialmente a edades avanzadas), las bajas temperaturas, los factores psicológicos, los efectos secundarios de enfermedades o medicamentos, o incluso los niveles elevados de dióxido de azufre. Otros investigadores han sugerido que la percepción de aire seco podría confundirse con la percepción de nariz seca, garganta seca o piel seca. Posiblemente, la percepción de aire seco podría provenir en parte de una sensación de enfriamiento, causada por la evaporación del agua a causa de la exposición prolongada a una baja humedad del aire interior (IAH). Sin embargo, la explicación más probable es que la percepción de aire seco esté causada por una combinación de baja humedad del aire interior, irritantes sensoriales, partículas y bioaerosoles.
Una humedad del aire interior bien equilibrada puede reducir la exposición a los microbios
Un IAH elevado reduce la concentración de partículas transportadas por el aire que pueden afectar a la nariz y a las vías respiratorias, especialmente las procedentes de superficies duras como los suelos de madera y vinilo. Los suelos son un importante reservorio de bacterias y virus, lo que sugiere que un IAH elevado puede reducir la exposición a los microbios. Sin embargo, se carece de conocimientos detallados sobre los mecanismos y es necesario investigar más sobre el tema. El IAH es también el factor más importante que influye en el aclaramiento mucociliar: un IAH bajo probablemente aumenta la susceptibilidad de las membranas mucosas a los irritantes sensoriales, los oxidantes, las partículas y los bioaerosoles.
La exposición a niveles bajos de humedad relativa puede provocar sequedad en ojos y mucosas
Otros estudios demuestran que un bajo IAH (Indoor Air Humidity) y el ozono se asocian con síntomas de ojo seco y enfermedades de ojo seco. Una hipótesis razonable es que un bajo IAH altera la estabilidad de la película lagrimal del ojo, haciéndonos más vulnerables a las sustancias químicas y partículas agresivas. La exposición prolongada a un IAH bajo puede provocar la sequedad de los ojos y las mucosas, lo que naturalmente causa problemas. Las variaciones estacionales de la humedad del aire pueden agravar esta situación. En varios estudios se ha demostrado que un aumento del IAH alivia tanto la percepción de aire seco como los síntomas de sequedad en los ojos y las vías respiratorias superiores.
El aumento del IAH puede ser beneficioso, por ejemplo, al mantener el equilibrio de humedad en las membranas mucosas y en la película lagrimal de los ojos; al ayudar a disminuir la resuspensión de partículas de las superficies del suelo; al aumentar el tamaño y el peso de las partículas higroscópicas, lo que aumenta la tasa de deposición en las superficies del suelo; y al disminuir la infectividad de la gripe y otros virus.
En resumen, la combinación de baja humedad del aire interior, irritantes sensoriales, partículas y bioaerosoles es probablemente a lo que se refiere la gente cuando se queja de que el aire es demasiado seco. Esta combinación puede provocar sequedad en ojos y mucosas y la disminución del aclaramiento mucociliar. Por eso es importante evaluar y controlar los niveles de humedad en el interior para crear ambientes interiores saludables.