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Cuando se van a seleccionar productos para el clima interior, hay muchas cosas que hay que tener en cuenta. Hay muchos tipos de productos y variantes, pero ¿cómo encontrar el adecuado?
En primer lugar, hay que determinar el clima interior que requiere el edificio, así como las exigencias que hay que satisfacer. Además de la ventilación y la calefacción, también hay que saber si se necesita refrigeración y cuáles serán los parámetros de control. ¿Dónde se pueden colocar los productos y hay espacio? ¿Cuáles son los deseos de integración con el resto de la arquitectura interior y cuáles son los requisitos acústicos aplicables?
Hacerse una idea del dimensionamiento para tomar las decisiones correctas
El dimensionamiento de los productos para salas puede realizarse de varias maneras, pero en primer lugar es necesario definir el valor de dimensionamiento real. Por ejemplo, si consideramos un aula de 6 x 10 metros que va a ser ocupada por 30 personas, y suponemos unos caudales de aire higiénico que pueden ser de 0,35 l/s y m2 + 7 l/s, esto produciría un valor de dimensionamiento de aproximadamente 230 l/s. Sin embargo, una calidad de aire de máx. 1000 ppm de dióxido de carbono, y ¿cuál es el contenido de CO2 a 230 l/s? El cálculo ya empieza a ser complicado.
Cuando surgen más exigencias y parámetros que afectan al dimensionamiento, resulta útil un programa de selección de productos. Los programas de selección de productos para unidades terminales suelen tener un cálculo de CO2, por ejemplo. El contenido de dióxido de carbono en el primer cálculo para el aula muestra que el valor es demasiado alto, de 1049 ppm. Utilizando el programa de cálculo, puedo determinar que se necesitan 20 l/s adicionales, es decir, 250 l/s, para mantener 1000 ppm.
Otra demanda que puede darse en combinación con el CO2 es una temperatura ambiente máxima o una demanda de capacidad de refrigeración por m2, por ejemplo, 35 W/m2. Utilizando el programa de cálculo, puedo determinar que se necesitan 290 l/s. Así que hemos pasado de 230 l/s a 290 l/s como caudal de diseño.
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Encontrar productos que se adapten al sistema
El siguiente paso consiste en examinar las condiciones. ¿Qué sistemas están disponibles? ¿Hay refrigeración por agua o toda la demanda debe gestionarse con aire, y dónde puede colocarse el producto? También aquí los programas de cálculo pueden ayudar a filtrar los productos adecuados. Rellenando estas necesidades, se obtendrá una lista de aciertos más precisa.
Si se va a realizar la refrigeración con aire, a menudo es difícil conseguir una solución con productos de falsos techos. Es aún más complicado si se quiere utilizar un flujo de aire variable, porque es muy difícil realizar el cálculo uno mismo y asegurarse de que el aire no "caiga" desde el techo, creando corrientes de aire. Esto se puede ver claramente en el programa de cálculo donde se muestra la isovela.
Una forma de saber cómo se mueve el aire en la habitación es utilizar los diagramas de longitud de tiro de los folletos de los productos, por ejemplo, que pueden dar una idea de la situación real. Sin embargo, se trata de una imagen simplificada que puede no ser suficiente. Por ello, las longitudes de proyección en la sala suelen calcularse con un suministro de aire isotérmico (la misma temperatura de la sala y del aire suministrado). Cuando se utiliza aire que está por debajo de la temperatura ambiente, los resultados son bastante inciertos. También en este caso, los programas de cálculo pueden ayudar. Como los programas de cálculo calculan las isovelas, puede obtener una imagen más clara de cómo se mueve el aire. También puede ver una serie de productos, así como las colisiones con otros chorros de aire o paredes. De este modo, puede aumentar la calidad de su selección de productos y evitar sorpresas desagradables a posteriori.
Selección del número de productos
¿Cómo se va a controlar el clima de la habitación?
A la hora de elegir un producto, también hay que tener en cuenta cómo se va a controlar el sistema. ¿Se va a ventilar con caudales constantes (CAV) o se quiere adaptar la ventilación en función de las necesidades actuales (VAV/DCV)? También en este caso hay diferentes productos que se adaptan en mayor o menor medida, según la forma en que se vaya a controlar la sala.
Si se desea realizar la calefacción y la refrigeración con el mismo producto, hay que estudiar tanto el modo de calefacción como el de refrigeración, como en el ejemplo siguiente.
Si se utiliza un sistema DCV, es necesario poder calcular cómo varía el caudal en el tiempo. El caudal no es siempre el mismo, y se pueden utilizar diferentes valores de consigna en función de si la sala está ocupada o no y, si lo está, en qué medida. Sin embargo, no siempre es la carga causada por los ocupantes el factor que controla el caudal de aire. En una habitación orientada al sur o al oeste y con grandes ventanas, suele ser la radiación solar la que determina la necesidad de refrigeración.
(Izquierda) Gráfico de flujo de aire que muestra el DCV. (Derecha) Programa de ajustes para controlar el flujo de aire.
Los requisitos acústicos también forman parte del cálculo
El sonido casi siempre forma parte de la especificación de requisitos, donde el nivel sonoro no puede superar un límite máximo. Para calcular el sonido hay que tener en cuenta muchas cosas. ¿Qué tipo de sala es, qué tamaño tiene y qué atenuación hay en ella? ¿Cuántos productos hay en la sala, dónde están colocados y qué sonido llega a través del sistema de conductos? Las fichas de los productos de los proveedores suelen presentar los niveles sonoros, pero casi siempre se basan en una sala de muestra con un determinado nivel de atenuación acústica, y esto a menudo no se corresponde con la sala en cuestión para la que se van a realizar los cálculos. En esta situación, un programa de cálculo puede ser extremadamente beneficioso. Realizar cálculos acústicos complicados ya no es tan difícil.
El uso de las herramientas de cálculo
El uso del programa de cálculo es positivo, aunque aún queda por desear. Hoy en día, es raro que un mismo programa sea capaz de realizar todos los cálculos, para conseguirlo, a menudo hay que utilizar diferentes programas en combinación. Sin embargo, si se consigue que los programas trabajen juntos, se puede mejorar la eficacia y la calidad de las soluciones. Por ejemplo, una opción inteligente puede ser conseguir que un programa de selección de productos trabaje conjuntamente con un programa de CAD.
Otro problema al que suelen enfrentarse los desarrolladores de software es encontrar soluciones que satisfagan las necesidades del usuario. Poner en la balanza la funcionalidad y las oportunidades con el fin de tener un programa de cálculo que sea fácil de entender y empezar a utilizar es un reto. Haga lo que haga, alguien quedará insatisfecho: una persona dirá que faltan funciones, mientras que otra encontrará la herramienta demasiado complicada. En este caso, una buena solución puede ser tener un único programa pero con diferentes niveles para satisfacer a los distintos tipos de usuarios, y aquí también es importante que los programas estén interconectados para evitar el trabajo adicional de rellenar los datos varias veces.
El aspecto más importante de un programa de selección de productos es que debe ser una herramienta que ayude al usuario a realizar los cálculos con facilidad, pero sobre todo con la mayor precisión posible. Los datos que se presentan deben ser correctos, independientemente de si son buenos o malos. De este modo, la selección de productos para un proyecto puede ser, en última instancia, lo mejor posible, tanto para satisfacer las necesidades del cliente como para proporcionar un clima interior confortable.
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